¿Cuánto tiempo llevas mirando? ¿Segundos, años, décadas?
Trazar un no, como un herrero forja una navaja de doble filo, sin mango.
Encuentras placer en verme rasgarme los dedos. Lo sé, soy el lado oscuro del fondo del reflejo. La superficie que se va, tratando de arrastrar la luz al fondo del desagüe.
La campana que anuncia al público el inicio del combate, noquea mis sentidos. Siento tu media sonrisa. Sal.
Estoy listo. Sal. ¿Acaso no quieres saber que le sigue al fracaso? ¿Por qué sigues ahí dentro? Entiendo que aquí hay un trato. Y la condición principal de este espectáculo es mi consentimiento. ¿Cuántas veces tengo que llamarte? Sal.
Vamos por todo. Vamos por los vientos. Lo voy hacer contigo. Hoy caí en cuenta. No borraré nada de lo andado. No me arrepentiré del tiempo perdido, si es que se puede perder el tiempo. Sal.